EU-MERCOSUR AGREEMENT: AGAINST THE RIGHTS OF PEOPLE AND OF THE ENVIRONMENT

Published on: 05.07.2019 News Image

On the eve of the G20 meeting in Osaka, the European Commission reiterates its neoliberal orientation in favor of the multinationals with the signing of an “association agreement” with Mercosur (Brazil, Argentina, Uruguay, Paraguay), that is a Free Trade Treaty (TLC).
As in the case of the TTIP, this treaty was also negotiated in total opacity and secrecy, by unelected officials, while the European Parliament has not yet taken office, despite the contrary opinion of 340 organizations, of 600 scientists who have warned on the dangers of the agreement for the Amazon, of the trade union confederations in Europe and Latin America.

The fact that the European Commission presents it as “the proof that the EU supports a rule-based trade” is pure cynicism, because in reality it is a further step towards deregulation, to expand the power of multinationals and foreign investors, reduce their tax contribution, opening up new markets and facilitating tax evasion and money laundering, through the liberalization of financial services.
Instead of associating us with Jair Bolsonaro and his extreme right government by means of agreements harmful to the Brazilian population, we must support the struggles in defense of democracy and human rights. Instead of signing such an agreement with environmental and rights clauses (the application of which is never asked to right-wing governments), the European Union would do better to ask for the release of former president Lula Da Silva, a political prisoner, and the convening of clean elections in Brazil. And to defend the Amazon and the rights of the original populations.

We oppose an agreement that favors agro-business and destroys peasant agriculture on both continents. We support the rights of those who develop family and cooperative agriculture, the original and black communities, in favor of a development compatible with the environment and cultural diversity. Against the rhetoric of the European Commission, we demand a real application of the precautionary principle, for the right to healthy eating, free of antibiotics and pesticides. However, this is impossible with partners like Argentina, Brazil and Paraguay, who use huge amounts of pesticides, many of which are considered extremely dangerous by the World Health Organization itself.

We are in favor of solidarity between European and Mercosur workers. We oppose the re-privatization in Mercosur countries and the massive exports of luxury cars and industrial goods, to the detriment of local industry and jobs in Argentina and Brazil, as well as the possibility of developing national industries in Paraguay and Uruguay. The agreement consolidates the risk of delocalization in the industrial sector (particularly in the automotive sector) and makes competition between workers on the two continents official.

In Europe and in Mercosur we defend public services and the right of local administrations to decide their corporate options and give priority to local companies in the case of public procurements.
When the details of the TLC will be disclosed, we will know what it also means from the point of view of intellectual property, in particular in the production of medicines and in the possibility to use them for Latin Americans.

Together with the citizens of the EU and Mercosur, the progressive forces and the Mercosur parliamentarians, the trade unions and all the social organizations that have mobilized, we oppose this devastating agreement and we will fight to reject it in the parliamentary ratification.
We need agreements that respect the human and social rights of people and nature, and not the umpteenth favor to multinationals.

***ESP***

ACUERDO UE-MERCOSUR: CONTRA LOS DERECHO DE LOS PUEBLOS Y EL MEDIO AMBIENTE

Justo antes de la reunión del G-20 en Osaka, la Comisión europea reafirma su orientación neoliberal y corporativa con la firma del “convenio de asociación” con el Mercosur (Brasil, Argentina, Uruguay, Paraguay), es decir un Tratado de libre comercio.

Como lo intentaron con el TTIP, este acuerdo de libre comercio ha sido negociado en total opacidad y secreto, por funcionarios no electos, mientras el Parlamento europeo ni siquiera está constituido, sin consideración de la opinión de las 340 organizaciones que se oponen a él, de 600 científicos que alertaron sobre los peligros del acuerdo para la Amazonia, de las confederaciones sindicales en Europa y en el América latina.

Que la Comisión europea lo presente como “una prueba que la UE apoya un comercio basado en reglas”, es puro cinismo, porque se trata en realidad de una etapa en la desregulación para expandir el poder de las multinacionales y de los inversionistas extranjeros, reducir su contribución fiscal, abrirles nuevos mercados y, mediante la liberación de los servicios financieros, facilitarles la evasión fiscal y el lavado de dinero.

Reafirmamos la necesidad de defender la democracia y los derechos humanos, combatiendo al gobierno de extrema derecha de Jair Bolsonaro, en lugar de asociarse con él por medio acuerdos lesivos para la gente. En vez de firmar dicho acuerdo con cláusulas de derechos y medioambientales (cuya aplicación nunca exige a gobiernos de derechas), mejor haría la Unión europea en exigir la liberación del ex-presidente Lula Da Silva, prisionero político, y que se organice elecciones limpias en Brasil. Y en defender la Amazonia y los derechos de los pueblos originarios.

Nos oponemos a un acuerdo que favorece el agro-business, y destruye al campesinado de ambos lados. Abogamos por los derechos de quienes desarrollan una agricultura familiar y cooperativa, de las comunidades indígenas y de negritudes, un desarrollo compatible con el medioambiente y la diversidad cultural. Más allá de la retórica de la Comisión europea, exigimos una aplicación real del principio de precaución, con el derecho a una alimentación sana, libre de antibióticos y de pesticidas. Eso es imposible con socios como Argentina, Brasil y Paraguay, que usan cantidades enormes de pesticidas, muchos de los cuales considerados como muy peligrosos por la Organización Mundial de la Salud.

Favorecemos la hermandad entre obreros de Europa y de Mercosur. Nos oponemos a la re-privatización de los países de Mercosur, y a las exportaciones masivas de carros de lujo y bienes industriales, a costas de la industria local y los puestos de trabajo en Argentina y Brasil, y de la posibilidad de desarrollar industrias nacionales en Paraguay y Uruguay. El acuerdo consolida el riesgo de deslocalizaciones en el sector industrial, (en particular en el automovil) y oficializa la competencia entre trabajadores de ambas regiones.

En Europa y en el Mercosur defendemos los servicios públicos y el derecho de las administraciones locales de afirmar sus opciones societarias y dar prioridad a empresas locales cuando realizan compras públicas.

Cuando se conoceràn los detalles, sabremos que significa del punto de vista de la propiedad intelectual, en particular en la produccion de medicamentos y el acceso a estos para los latino-americanos.

Junto a las organizaciones y ciudadanos y ciudadanas de Europa y del Mercosur, a las fuerzas y a los parlamentarios progresistas del Mercosur, a los sindicados y todas las organizaciones progresistas, nos oponemos a este acuerdo devastador que vamos a revertir.

Exigimos que se establezcan relaciones que respeten los derechos humanos y sociales de los pueblos, la naturaleza y la necesidad de luchas contra el cambio climático.